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Mordiscos voraces se apoderan del tiempo, tiempo que ha debido ser dedicado a crear, a pensar, a amar el arte, a amar lo que se hace, es tan extraño la visión por el ojo ajeno, con la excusa de ser solo un momentáneo tiempo, todo se desaparece, todo deja de estar, todo se esfuma sin mirar para atrás, corren las horas entre las cuatro paredes que ocupan mi existencia, una prisión no pedida pero necesaria, para mantener el sustento del día a día, es asfixiante tener el que dar cuentas del tiempo, es desesperante tener que decir si a todo porque el superior a ti es el arquitecto, tu solo la herramienta, para que él alcance su éxito, pero no debería ser así, cuando sabes dentro de ti, que la mediocridad lo rodea, aunque sabes que es solo de él, ira, rabia y decepción corre por tus venas, porque si te capacitaste tanto, debes permitir que se haga lo que dicta el dinero, hay ética aun en ti, solo que este mundo de contactos, palancas, trabajos por compadrazgos y no por mérito se lleva por los cuernos, las academicistas horas enseñadas, donde reinaba la excelencia no la conveniencia, era el amor por lo que se hacía, no por el reloj, para que éste te saque de esas horas perennes que duran, y durarán hasta que se dé el primer paso...Harta de mediocridades y superficialidades!
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