26/9/10

Memoria y sin cuentas


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Destrozos de imágenes, de formas, de vías, de caminos, de seres, de vida, demanda la evolución de una ciudad perdida, sin sentido, sin centro, sin lugar, sin norte...corremos por las vías tratando de hallar una respuesta, hablando en honor a la solución de algo mejor, pero perdemos, perdemos, la esencia de quienes somos, el reflejo de lo que fuimos e hicimos, rompemos las piedras, los testigos del pasados, taladramos el corazón de la ciudad en pro del crecimiento, nos olvidamos de la cuenta que hay que rendirle al tiempo, no volvemos la mirada atrás para recapacitar, y entender que la evolución no es imposición, se pueden conseguir soluciones de avanzada, claro dejando que las ganas dominen las acciones y que las decisiones sean para un bien, en pro de perfecciones infundadas y materializadas...

Hay temor de perderlo todo, la memoria pide cuentas para mantener imágenes presentes, los nuevos ojos que ven la ciudad por primera vez no saben lo que hubo antes, porque no hay nada que mostrar, los libros son obsoletos, la tecnología le da la espalda al pasado cuando no hay nadie que se entere, es preocupante, vivir como andante sin saber, sin conocer, sin apreciar, sin cuidar, sin culturizar, sin apreciar lo que un día fue, y ya no será....

21/9/10

En tiempo y espacio


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Desde que uso el transporte público retome una vieja pasión, contemplar lo que nadie parece ver, por lo agitado del día, por lo atravesado del tiempo, que corre y corre y uno pareciera querer ir en sentido opuesto, lo que nadie aprecia porque van pendiente de no caer en un hueco, en no pisar al motorizado que es más fuerte que tu (pasa en Caracas), y es el cielo, los edificios y como estos se conjugan para mostrar una silueta que narra un historia, narra un cuento, narra un café, narra un hasta luego, que fue tapado con el humo de las carros, con la pintura que se corroe, por los tendederos al aire libre, o improvisados en una ventana.

Imagino como esa silueta fue creciendo a medida que el ruido aumentaba, como huyendo al cielo, olvidamos el suelo en el que nos desarrollamos, imagino como película acelerada a la gente de a pie de los años 20, la de la carreta del 30, la del vehículo del 50, la del metro de los 80 y la del 2010 que ni espacio tiene para estar, para vivir, para ser.

Vivimos en un mundo agobiante, que nos máquina para trabajar para él, y no él para nosotros, nos olvidamos que vivir, es ese toque del cielo que juega con la silueta del edificio y parece que están juntos, pero hay un sin fin de cosas detrás, hay sensaciones, colores, que están debajo del sucio de los carros, de la pintura en mal estado, hay una historia, esa, que se permitió ser contada por seres que dejaron que su vida fueran más que 8 horas o peor aún, de lunes a lunes.....

No es posible que la vida se nos vaya, como a la pintura que fue una vez y se mancho, como el jardín que de tanto ser pisado se marchito, como el motorizado que pasa y deja su ruido, como la pequeña casita que fue la más linda de la cuadra pero los vecinos vendieron las parcelas hicieron edificios y ya nadie tiene que ver con ella.

Vivir es la razón de despertarse en las mañanas, el olvido la muerte anunciada.

10/9/10

La intensidad de lo que no existe.....


º
Vacìo: por Lorenzo Hernández • 26 abr, 2007 • Sección: Hablar de Ciencia
Durante bastante tiempo tuve que enredarme entre libros de filósofos, sociólogos, y personajes que pasan su vida tratando de hacernos entender aquello que, el ojo del común mortal no es capaz de ver, nos enseñan esa diferencia entre el observar y el ver, cosa que para mí siempre me pareció lo mismo, tuve la oportunidad de leer a Foucault, y tuve pánico la primera vez, porque no te advierten lo complejo que es descubrir el significado de un paraguas sobre una mesa, luego comprendes que el problema no es solo tuyo sino de los que nunca tuvieron la oportunidad de entrenar el segundo ojo.... el de la mente.

Finalmente entre mucho indagar a lo largo de tu formación profesional, te das cuenta que sigues aun no comprendes la mitad de lo que te rodea, que todo se vuelve tan superfluo que las horas, el tiempo, tu vida, se pasa creyendo que "sabes", "conoces", y por mas actualidad 2.0, aun no lo logramos descifrar con códigos binarios.

Toda esta parafernalia, esta aunado a lo que no existe, desde el vacío, que nos enseñar a llenar, nos hacen modificarle el nombre a "espacio", nos hacen movernos entre conectores, articulaciones, manejamos un mundo paralelo que solo los instruidos en la materia logran descifrar el conjunto de nuevas definiciones que pretenden explicar donde nos desarrollamos, como seres vivos bajo techo, pareciera que el simple hecho del habitar, del cobijo, fue trascendido por una literatura apta para intensos, amantes de Confucio,.

Pero qué se puede decir, si aun se descifra, (es lo que pretendo,) en esta oportunidad hay un objetivo, tratar de explicarle a una Sra. que puede ser la vecina, un cliente, un ingeniero (sin ánimos de meterme con el gremio), que lo subjetivo del vacío, yace en la articulación de momentos, que concadenan una serie de vacios, articulados, y que la percepción de la luz y la oscuridad es lo que define realmente el espacio, basado en un concepto manipulado, y que seamos sensatos siempre se termina de pulir al final!, POR FAVOR, que manera de explicar un comedor con una circulación alrededor y par de ventanas.

¡Ven lo complicado que se vuelve ser arquitecto de lo que no existe!…